viernes, 29 de enero de 2016

52 retos de escritura: 1ª semana

Si Bradbury decía que era imposible escribir 52 cuentos malos, ¿quién soy yo para contradecirle?
Aunque debo reconocer que ya voy un poco retrasada, porque empezar el antepenúltimo día del mes... 

Para ello voy a seguir la lista de temas que ha dado El Libro del Escritor

Así que la primera semana corresponde a... Un sueño que haya tenido esta semana. Aquí hay un problema. No suelo soñar mucho y lo que sueño suelen ser cosas personales. No sé explicarlo pero involucraba demasiado a gente de mi alrededor y tampoco quería un relato así. Pero el otro día soñé una cosa...
Antes que nada quiero decir que eso no representa mis ideas políticas. Es un relato aislado, nada que ver. Tan solo soñé que la alcaldesa de Madrid era una cabra (sí, y esto al contrario de los sueños que suelo tener no representa nada mío, vuelvo a repetir que esto no debe tomarse en ningún sentido político) y digamos que me pareció... lo mas adecuado ¿¿??
Voy a hacerme la interesante y decir que es un drama kafkiano. Cuando las elecciones y todo eso me dio por el #Peblo, incluso hice un video por las risas. Un puto día entero poniendo caras (estaba siendo un jodido éxito en youtube y entonces me metieron un strike por copyright. Me dolió en el alma, así que lo resubí a Dailymotion... a ver quien puede presumir de tener un vídeo en dailymotion con 600 reproducciones CHUPATE ESA YOUTUBE)... Vale sí es raro SOY UNA ENFERMA MENTAL *Se va a ver vídeos de Aramís Fuster*
ME ESTÁ OCUPANDO MÁS ESTO QUE EL RELATO

Vuelvo a repetir que no representa nada de mi ideología, es completamente apolítica esta cosa, incluso he cambiado los nombres para que no se relacione (CLARO, SON TOTALMENTE DISTINTOS, LO HE ESCONDIDO TAN BIEN QUE NADIE VA A SABER)
Así que sin más misterio o dejo con... Manuela Cabramena

Es la primera imagen que sale en google si pones cabra.
No me complico mucho la vida como podéis comprobar

El día que la alcaldesa de Madrid se despertó transformada en cabra, nadie pareció darse cuenta. Ni siquiera ella misma. Esa mañana, daba una pequeña rueda de prensa en el Ayuntamiento, con su compañero Pedro Iglesias.
Ni Pedro ni los periodistas que había en la sala notaron el cambio. Es cierto que notaron a Manuela un poco callada, pero lo achacaron a que la mujer padecía un resfriado. En pleno invierno, y más con la contaminación que asolaba Madrid, (y viajando en el metro como ella viajaba) no era extraño que los madrileños sufrieran una enfermedad de ese tipo al menos una vez al año. 
Las entrevistas se desarrollaron con normalidad. Se habló de la contaminación y de la decisión del ayuntamiento de cambiar nombres de calles franquistas. Manuela respondía con gestos, de vez en cuando provocaba un quejido, signo de que quería hablar pero sus machacadas cuerdas vocales se lo impedían. En su lugar, Pedro tomó la palabra y respondió a las preguntas que requerían más información y no simples afirmaciones o negaciones.
Los periodistas recogieron su material y entregaron los vídeos a sus compañeros de edición. Debían emitir los fragmentos más significativos en el telediario del mediodía. Todos seleccionaron los fragmentos de entrevista que iban a emitir, unos más neutrales, otros más manipulados. Tampoco nadie notó cambios significativos en Manuela, salvo que permanecía muy callada.
La sorpresa de todos fue cuando los vídeos se emitieron a toda la población española.
Allí, ante atónitos ojos de ancianos y niños, ante señores con traje y desempleados, se encontraba una cabra. Los periodistas la hacían preguntas. Ella miraba a ambos lados, y mostraba su prominente mandíbula inferior, plagada de enormes dientes cuadrados amarillentos. Pedro fue a colocar unos documentos sobre la mesa frente a ella, pero la cabra se adelantó y dio un mordisco a los papeles. Estos provocaron un fuerte sonido arrugándose y rasgándose, pero los periodistas filmaban con interés, y anotaban a toda velocidad en sus cuadernos de notas, como si realmente la cabra estuviese diciendo algo interesante.
Los documentos cayeron sobre la mesa arrugados y hechos trizas, bañados en una espesa baba transparente. Un trozo se quedó pegado a la barba de la cabra, que seguía rumiando mientras los periodistas formulaban preguntas y Pedro contestaba. Entonces la cabra miró directamente a las cámaras, con sus ojos amarillos y enfermos y su pupila con forma de reloj de arena.
La trasmisión se interrumpió. Las televisiones que estaban apagadas se encendieron de repente, incluso los móviles y los ordenadores mostraron una pantalla negra y emitieron un pitido irritante.
En todas las pantallas apareció el mismo mensaje:
V̦̞͉e̟̦̳͚̖̗͡n̘̝̣̻̮̩͡e̞̜̮͢s̠͖̯̞ṵ͚̹̭̝e̯͈̬̞͉l͓̪̬̦̱͔a̷ ͏̳̻c̠h͎̣̦̱̤͉a̻̙̳͍̪̩̤v̰̥is̥̳̪̼̲̯t̸̰̬̮̣̟a̡͚̻̤̰
̖̦̳̺̟̙̹E̻̳̖l̡͙ ̣̰̺̰͉̱̫͞t̬̻̠̥͘r̬̙͚̜òl̶l̵ͅ ̝̺̪͜d̜̥̺̼̲̝e̳̬͔̺̳ ͕̬y̨u̳̝͉̠̩̖͟t͓̙͉͟u̵̯̼̥b҉͙̱̲͙̪i
̟̯̩̬̘͚P̘̝̞̠o̤͙̩̜d̨̰͚͎̝̳͙̞r̹̺̙͇͞e̟͓̬̕mo̘̹̤s͈͚̫͇͈͠ ͈̲͔ẹ̥̘͇͈̙s̨̯̥ ̰̜d̸̖͎͍̻e̖͇͎͝m̠͇̺̟̟͎o̝ñ̴͚̥̣͈̩o̪̱̫
̨̦̭̠͓P̬̹̝̤̟͈od̳̟̟͇̯̭̖r͚͞e̬̦̬̹͈ḿo͎̥̭̯͖͕s̳̮͍͖͍̳ ̪̘͕̝̤̺͢ͅẹ̩̳̹͘s̺̤̞ ̱̝͙͇͓̺s̀p̬̞͔͖̼͈͎i̙r͖̰͎̺̰̲̰i̴̪̻̙̩̜̙̱t̢̳o̟̱̺͖͢
͉̙̺̪̥#͇P̵͖̙̪̳e͈͕̹̣b̝͓̥͔̻̙̕l̸o̥̱̺͚͢O̻̯͖̫͔T͉P̧͈̣͉

El pueblo español ahora era su esclavo.



Al que pille las referencias del final le doy un premio (en realidad no, no tengo nada preparado)
#DramaKafkiano #NoteloperdonarejamasManuelaCarmena

1 comentario:

  1. Jajajajaja. ¡Me parto! ¿Cómo puedes soñar esas cosas y luego acordarte? ¡Qué imaginación! No es por nada, pero entre los 52 retos de escritura (que suenan la mar de bien) y el Camp NanoWrimo, vas a pasar todos tus días delante del ordenador. ¡Ten cuidado de que no te salgan ampollas en los dedos! =D

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